¡Hola queridos lectores de Danzar Viajando! En esta entrada, os contaré sobre mi fascinante aventura de invierno en Bulgaria durante 7 días recorriendo paisajes nevados. ¡Prepararos para descubrir un país sorprendente y lleno de encanto!
INDICE
Desde el momento en que puse un pie en Bulgaria, supe que me esperaban experiencias inolvidables. Sin embargo, lo que no esperaba era que la nieve se convirtiera en una compañera constante durante los 7 días de mi viaje y los paisajes nevados el escenario de fondo. Fue un regalo inesperado de la madre naturaleza que agregó una dosis extra de magia a cada lugar que visité.
Acompañadme en este recorrido por los encantos invernales de Bulgaria, donde los paisajes nevados se convirtieron en los protagonistas inesperados de mi aventura. ¡Vais a quedar maravilladas con cada paso que demos juntas en esta tierra de sorpresas y culturas cautivadoras!
¡Adelante hacia esta mágica travesía!
DATOS PRÁCTICOS SOBRE BULGARIA
¿CÓMO LLEGAR A BULGARIA?
Para llegar a Bulgaria, decidí tomar un vuelo desde Madrid a la hermosa capital del país, Sofía. Esta ciudad vibrante y llena de historia fue mi punto de partida en esta aventura invernal. Existen varias opciones de aerolíneas que ofrecen vuelos directos desde diferentes ciudades de España hacia la capital de Bulgaria. Algunas de las aerolíneas que operan esta ruta incluyen Ryanair, Wizz Air, Bulgaria Air e Iberia. Desde Madrid a Sofía tienen una duración aproximada de alrededor de 3 horas y 30 minutos.
¿DÓNDE SE ENCUENTRA BULGARIA?
Bulgaria se encuentra en el sureste de Europa, limitando con Grecia, Turquía, Rumania, Serbia y Macedonia del Norte. Su ubicación geográfica privilegiada ofrece una combinación única de paisajes montañosos, valles exuberantes y hermosas costas a orillas del Mar Negro.
Mi viaje tuvo lugar alrededor de la zona suroeste de Bulgaria, explorando durante 7 días, fascinantes lugares como la antigua ciudad de Plovdiv y sus encantadoras calles empedradas. Más abajo os facilitaré el mapa con mi recorrido del viaje.
¿CÓMO MOVERSE POR BULGARIA Y SUS FASCINANTES PAISAJES?
Moverse por en invierno por Bulgaria es relativamente fácil. Existen opciones de transporte público, como autobuses y trenes, que conectan las principales ciudades y regiones del país. Sin embargo, si buscas mayor flexibilidad y comodidad, alquilar un coche puede ser una excelente opción. Hay diversas compañías locales e internacionales de alquiler de coches disponibles en Bulgaria, como Avis, Hertz y Europcar, yo lo hice con la empresa TOP RENT A CAR, me dieron un coche automático con las ruedas de invierno y muy bien preparado para el frío. Los precios de alquiler varían dependiendo de la temporada y la duración del alquiler, pero suelen ser bastante accesibles, yo pagué alrededor de 30 euros el día.
¿CUÁNDO VIAJAR A BULGARIA?
El mejor momento para viajar a Bulgaria depende de tus preferencias y de las experiencias que desees vivir. Si estás interesada en disfrutar del clima cálido y explorar las playas del Mar Negro, los meses de verano, de junio a septiembre, son ideales. Estos meses ofrecen temperaturas agradables y la oportunidad de participar en festivales y eventos al aire libre.
Si eres amante de la nieve y los deportes de invierno, el invierno, especialmente de diciembre a marzo, es perfecto para visitar las montañas de Bulgaria. Durante este período, encontrarás estaciones de esquí en pleno apogeo y paisajes nevados que te dejarán sin aliento. Este fue mi caso, aunque realmente, para mí fue toda una sorpresa, no esperé tener tantísima nieve ya que fui en abril.
La primavera y el otoño son estaciones intermedias y brindan un clima más templado, perfecto para explorar ciudades históricas como Sofía y Plovdiv, así como para disfrutar de caminatas en la naturaleza.
Ten en cuenta que cada temporada tiene sus encantos y ventajas. Considera tus intereses y actividades preferidas al planificar tu viaje a Bulgaria. ¡Cualquier momento es bueno para descubrir la riqueza cultural, paisajes impresionantes y la cálida hospitalidad búlgara!
MI RECORRIDO: BULGARIA EN 7 DÍAS
Durante mis 7 días de viaje por paisajes nevados, me sumergí en la rica cultura búlgara, admirando su arquitectura tradicional, probando su deliciosa gastronomía y disfrutando de la hospitalidad de su gente. Desde los magníficos monumentos históricos hasta la impresionante naturaleza que rodea cada rincón del país, Bulgaria me cautivó con su encanto, sus paisajes nevados y autenticidad.
Aunque mi viaje se centró principalmente en la capital y la zona suroeste de Bulgaria, este país tiene mucho más por descubrir. Aquí abajo te muestro el mapa con los puntos que yo visité durante los 7 días de viaje por Bulgaria.
¡Bulgaria, un destino lleno de sorpresas y belleza invernal, me dejó con recuerdos imborrables y ganas de volver a explorar más de esta maravillosa tierra!
DIARIO DE VIAJE POR BULGARIA: 7 DÍAS POR PAISAJES NEVADOS
Prepara tu mochila, que voy con el diario de viaje. Ven a sumergirte en un recorrido lleno de aventura y belleza paisajistica. Desde la vibrante capital de Sofía hasta las majestuosas montañas, te llevaré a través de una experiencia única que cautivará sus sentidos. ¡Vamos hacia el invierno en Bulgaria: 7 días por paisajes nevados!
DÍA 1. LLEGADA A SOFÍA
Mi primer día en Bulgaria fue emocionante, aunque un poco diferente a lo esperado. Llegué a Sofía por la noche después de un vuelo retrasado. Como viajaba sola, caminar por la ciudad nocturna despertó en mí una mezcla de emoción y precaución. A pesar de la desconfianza inicial por ser mi primera vez en la ciudad de noche, decidí explorar y familiarizarme con mi entorno. Me sumergí en las calles iluminadas, disfrutando de la arquitectura fascinante y la atmósfera única que Sofía tenía para ofrecer. A medida que avanzaba, mi confianza creció y me dejé llevar por la magia de la ciudad. Fue una experiencia enriquecedora que me recordó la importancia de estar alerta y confiar en mis instintos mientras descubría la hermosa Sofia de noche.
DÍA 2. LA VIBRANTE CIUDAD DE SOFIA
En mi segundo día en Sofía, después de un delicioso desayuno, decidí unirme a un interesante Free Tour para explorar la ciudad a fondo. El recorrido comenzó en la Plaza de la Catedral de Alexander Nevsky, uno de los iconos arquitectónicos más importantes de Sofía. Desde allí, nos adentramos en las calles empedradas del casco antiguo, donde descubrimos la historia y las curiosidades de la Iglesia de San Jorge, el Teatro Nacional Ivan Vazov y la Mezquita Banya Bashi.
Nuestro guía nos llevó a través de los siglos de historia de Sofía, compartiendo detalles fascinantes sobre la influencia otomana, la época comunista y la transformación de la ciudad en la actualidad. Aprendimos sobre el misterioso origen de la Estatua del Zar Libertador y descubrimos los secretos ocultos de la Iglesia de Boyana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta última me la dejaré para el último día de mi viaje.
Después de este enriquecedor tour, me quedé con ganas de descubrir más de la vibrante ciudad de Sofía y decidí aprovechar la tarde paseando por la animada Avenida Vitosha. Explorando los coloridos mercados callejeros y disfrutando de los hermosos parques de la ciudad. Durante mi caminata, me sorprendió gratamente la mezcla cultural y la tolerancia que caracteriza a Sofía. Fue entonces cuando tuve la oportunidad de visitar la mezquita Banya Bashi, experimentando una atmósfera tranquila y contemplando la belleza de su arquitectura.
Este encuentro con una cultura diferente en el corazón de la ciudad fue uno de los aspectos que más me cautivó y que refleja la diversidad y apertura de Sofía hacia otras tradiciones y religiones. Fue una experiencia enriquecedora que me recordó la importancia de la tolerancia y el respeto mutuo en un mundo globalizado.
Por último, visité un fascinante museo llamado «The Red Flat». En este museo, tuve la oportunidad de adentrarme en la vida de una familia durante el régimen comunista. A través de la recreación de un piso típico de la época, pude explorar las historias y experiencias de aquel período histórico. Desde la decoración y los objetos de la vida cotidiana hasta las fotografías y testimonios, el museo me transportó a una época pasada y me permitió comprender mejor las vivencias de las personas bajo el régimen comunista. Fue una experiencia reveladora que me ayudó a conectar con la historia y la realidad de Bulgaria en aquel tiempo. En el próximo post detallado sobre Sofía, compartiré más sobre esta visita intrigante y reveladora. ¡No podéis perdéroslo!
DÍA 3. TERMAS DE KORALI EN PANCHAREVO
En el tercer día de mi viaje, fue el momento de recoger el coche de alquiler. Me dirigí al aeropuerto para recogerlo y luego me encontré a dos viajeros de Málaga que había conocido en el Free Tour. Decidimos compartir el coche y nos dirigimos juntos a las relajantes aguas termales de Koraly y la zona de Pancharevo.
Las termas de Korali son un complejo termal popular, conocido por sus propiedades curativas y sus piscinas al aire libre rodeadas de un entorno natural impresionante.Estas aguas termales se encuentran a aproximadamente 15 kilómetros del centro de Sofía. Para llegar, te recomiendo llegar en coche de alquiler, ya que la conexión con transporte público puede ser limitada. Sin embargo, también puedes optar por servicios de taxi ya que, por mi experiencia en Sofia, el turismo está muy poco o nada desarrollado y no cuentan con demasiadas facilidades para los turistas. El precio de entrada a las termas de Korali ronda los 10 euros por persona.
Era un día frío, a punto de nevar, estar metida dentro de esas piscinas a 39º, fue lo mejor que podríamos haber hecho aquel día lluvioso.
Después de disfrutar de las relajantes aguas termales nos dirigimos a Ресторант «Урвич, un encantador restaurante local cerca de las termas. Entrar en este acogedor establecimiento con una cálida chimenea fue la elección perfecta. Pudimos degustar la deliciosa cocina búlgara, conocida por sus sabores auténticos y platos reconfortantes. Entre las especialidades locales que probamos, se encuentran el tarator (sopa de yogur y pepino), el banitsa (hojaldre relleno de queso) y el kebapche (brocheta de carne picada). La hospitalidad del personal a pesar de no entendernos con el idioma y la atmósfera rústica del lugar añadieron un toque especial a nuestra experiencia culinaria.
Después de dejar a mis compañeros en Sofía, me dirigí hacia las impresionantes Montañas de Rila. Allí, me esperaban días de desconexión, monasterios y paisajes nevados increíbles. ¡Era el comienzo de una aventura inolvidable en medio de la serenidad de las montañas! Lo pude notar durante mis dos hras de conducción hacia mi nuevo alojamiento, la lluvía cada vez era más fuerte, pronto se convirtió en nieve. Me adentré en bosques dónde los árboles empezaban a cubrirse de nieve. Sentía un poco de inseguridad por la conducción por las carreteras nevadas, pero la fascinación por aquellas carreteras hizo que me me olvidara.
DÍA 4. LA CIUDAD ANTIGUA DE PLOVDIV
En el cuarto día de mi viaje a Bulgaria, tuve el privilegio de alojarme en el Hotel Panorama en Panichiste, situado en medio de las montañas. Este acogedor alojamiento ofrecía unas vistas impresionantes y una ubicación perfecta para explorar la belleza natural de la región de Rila. Rodeado de paisajes montañosos, cubierto de nieve, sus cómodas habitaciones perfectas para disfrutar de las noches frías de montaña, ¡QUÉ MARAVILLA!. Sin duda, fue el lugar ideal para sumergirme por completo en la magia de las montañas de Rila y disfrutar de una experiencia auténtica en medio de la naturaleza. Además, al ser en temporada baja me costó unos 20 euros la noche con desayuno incluido.
Al despertar, me sentí algo insegura al ver las montañas cubiertas de nieve y la carretera más nevada que el día anterior. Temía quedar atrapada sin poder salir. Sin embargo, mientras desayunaba, investigué sobre las ruedas de invierno y su seguridad en carreteras nevadas. Decidí que mi plan de visitar la ciudad de Plovdiv era factible. El propietario del hotel me aseguró que las carreteras estaban bien preparadas y que mi coche estaba equipado con ruedas de invierno. Con precaución, disfrutaría de un hermoso trayecto por el Parque Nacional de Rila hasta llegar a Plovdiv. Confíe en sus palabras y me aventuré a explorar con confianza, consciente de las precauciones necesarias.
VISITA A PLOVDIV
Mi llegada a Plovdiv fue bajo la lluvia, pero eso no impidió que me sorprendiera por su encanto. Plovdiv es una ciudad histórica en Bulgaria, con una rica herencia cultural y arquitectónica. Fundada hace más de 6,000 años, es una de las ciudades continuamente habitadas más antiguas de Europa.
Decidí hacer un free tour para explorar sus principales atracciones. El recorrido nos llevó por el casco antiguo, donde pude admirar la majestuosidad del Anfiteatro Romano, el cual sigue siendo utilizado para eventos culturales en la actualidad. También visitamos el antiguo estadio romano y la Iglesia de San Constantino y Santa Elena. No te pierdas mi post sobre 10 cosas que hacer en la ciudad de Plovdiv, aquí te cuento con más detalles los secretos de esta antigua ciudad.
A pesar de la lluvia persistente durante la mañana, me mantuve protegida gracias a mi chaqueta impermeable de Decathlon. Te lo recomiendo para viajar, es perfecto para llevar en la mochila ya que ocupa muy poquito.Para ir calentita, me puse mi camiseta térmica Simond de lana merino, son dos prendas que nunca fallan en mi equipaje cuando viajo en invierno. Si pinchas AQUÍ, puedes ver mis favoritos de viaje y camping recomendados. No dejé que el clima adverso arruinara mi experiencia en esta fascinante ciudad. Plovdiv es conocida por su atmósfera artística, sus calles empedradas y sus encantadoras casas de estilo renacentista.
Tras explorar bajo la lluvia, encontré refugio en un restaurante del centro. Pedí una deliciosa sopa caliente, aunque desconocía sus ingredientes, los búlgaros en esa zona, llevan el inglés regular y yo, como comprenderéis el búlgaro se me escapa, por lo tanto, no entendí qué llevaba aquella sopa. Los amables camareros me ofrecieron una manta y me ubicaron cerca de las estufas para combatir el frío. Fue una experiencia muy reconfortante.
Al finalizar el día, cansada de caminar, me fui de Plovdiv pensando que es una joya cultural y su historia se refleja en cada rincón.
DÍA 5. VISITA AL MONASTERIO DE RILA
Ese día, al asomarme al balcón de mi habitación, el sol comenzaba a salir, creando un hermoso contraste entre la nieve y los bosques. Era un paisaje realmente impresionante. Mi destino era el Monasterio de Rila, una joya de Bulgaria. Conduciendo en las carreteras nevadas me sentía cada vez más segura, como una verdadera profesional. El Monasterio de Rila se encuentra aproximadamente a 70 kilómetros de Panichishte, y el tiempo de conducción suele ser de alrededor de 1 hora y 30 minutos. A medida que me adentraba en las montañas, disfrutaba de los paisajes nevados y los bosques pintorescos que rodeaban la carretera. La ruta serpenteante añadía emoción a la experiencia, y cada curva revelaba paisajes nevados impresionantes del invierno en Bulgaria. La distancia y el tiempo de conducción eran parte de la aventura, permitiéndome sumergirme en la belleza natural de Bulgaria mientras me acercaba a mi destino.
Después de un trayecto escénico, llegué a ese lugar sagrado, considerado uno de los tesoros culturales más importantes de Bulgaria. El monasterio se encuentra enclavado en medio de las montañas de Rila y su arquitectura impresionante me dejó sin aliento.
La entrada al monasterio es gratuita, tan solo has de pagar el parking, sino recuerdo mal son unos 5 euros todo el día. Recorrer el complejo del monasterio puede llevar entre 1 y 2 horas, dependiendo del tiempo que dediques a explorar cada rincón.
El paisaje nevado del invierno en Bulgaria junto al cielo azulado de aquel día, creaban una atmósfera serena y mágica. Sentía la necesidad de dedicar tiempo a la introspección y la contemplación mientras exploraba este lugar sagrado. Al entrar al lugar, me sentí envuelta por una sensación de paz y calma. El sonido de mis pasos sobre la nieve fresca y el aroma a madera y cera de las velas creaban un ambiente acogedor y reverente. La entrada al monasterio era una invitación a sumergirme en la historia y la espiritualidad que lo rodea.
Decidí tomar mi tiempo para explorar cada rincón. Los frescos coloridos y detallados en la iglesia principal me transportaron a otra época, mientras que los claustros y los patios me invitaban a detenerme, respirar profundamente y disfrutar de la serenidad del lugar.
El Monasterio de Rila, con su historia centenaria y su importancia religiosa, despertó en mí una sensación de reverencia y admiración. Cada paso que daba me permitía conectar con la espiritualidad y encontrar un espacio para la reflexión personal.
La visita al Monasterio de Rila fue un recordatorio de la importancia de tomarse el tiempo para encontrar la calma y la paz interior, además es que no había casi nadie. Este lugar mágico y lleno de historia me invitó a alejarme del mundo exterior y encontrar un momento de serenidad en medio de la belleza natural y la espiritualidad que lo envuelve.
¿DÓNDE COMER CERCA DE RILA?
Después de una enriquecedora visita al Monasterio de Rila, decidí buscar refugio y calidez en el restaurante Han Dyavolski Vodi, ubicado a unos 10 minutos en coche del monasterio. Fui en busca de él, gracias al post de SIN CODIGO POSTAL dónde lo recomendaban, pero no se acordaban del nombre. Finalmente, no llegué a saber si era este el recomendado o no, pero fue todo un acierto. Con la nieve cayendo delicadamente fuera, entrar en este acogedor restaurante fue la mejor manera de poner fin a mi visita.
El ambiente del restaurante, rodeado de un bosque nevado, creaba una sensación maravillosa. Al entrar, fui recibida por el aroma tentador de la chimenea y la cálida decoración de estilo rústico que creaba un ambiente acogedor y relajante.
El restaurante ofrece una variedad de platos tradicionales búlgaros, desde carnes a la parrilla hasta sopas calientes y guisos reconfortantes. Personalmente, disfruté de un delicioso «kebapche«, una especialidad a la parrilla y un guiso caliente, muy contundente, que me reconfortó mientras observaba la nieve caer afuera. Todo esto por menos de 10 euros, comer en Bulgaria es realmente barato.
Pude relajarme, disfrutar de una comida reconfortante y reflexionar sobre mi experiencia en el Monasterio de Rila, mientras contemplaba el paisaje invernal a través de las ventanas del restaurante.
Fue el lugar ideal para culminar mi visita, proporcionándome un momento de paz y disfrute en medio de un entorno mágico.
DÍA 6. PASEO ALREDEDOR DE PANICHISTE Y AGUAS TERMALES DE KOTVATA
Mi último día entes de volver a Sofía fue dedicado completamente a la relajación y la tranquilidad. Después de la visita al Monasterio de Rila, sentí una profunda sensación de paz interior que me acompañó durante toda la jornada. Decidí tomarme ese día para disfrutar de la calma que las montañas nevadas me ofrecían.
Comencé la mañana en el hotel, tomando mi desayuno lentamente mientras saboreaba cada sorbo de café. Aproveché el tiempo para pasear por los alrededores y caminar hacia un lago que estaba a unos 30 minutos caminando del hotel, este es el lago Panichiste. Caminé absorbiendo la belleza del paisaje nevado y dejando que la tranquilidad de la naturaleza me envolviera.
Por la tarde, cerca del atardecer, me dirigí a las aguas termales de Kotvata, ubicadas en la zona de Săpareva Bănya. Este centro termal se situaba a menos de 20 minutos del hotel en coche. Es famoso en la región por sus aguas terapéuticas y relajantes, que emergen de las profundidades de la tierra. El precio de entrada son 10 euros.
Sumergirme en las aguas cálidas y revitalizantes fue una experiencia rejuvenecedora. Sentí cómos el vapor acariciaba mi piel y el entorno natural me rodeaba. Las aguas termales de Kotvata ofrecen una variedad de piscinas con diferentes temperaturas, saunas y tratamientos terapéuticos, brindando un oasis de relajación en medio de las montañas.
Durante mi tiempo allí, tuve la oportunidad de desconectar por completo, permitiendo que mi mente y mi cuerpo se renovaran. El entorno tranquilo y la belleza natural de la zona contribuyeron a crear una experiencia inolvidable de bienestar. Acabé mi día con una cena reconfortante en el hotel y descansando en la cómoda habitación.
DÍA 7. IGLESIA BOYANA Y MONASTERIO DE DRAGALEVTSI
El séptimo y último día en Bulgaria, antes de partir hacia Valencia, lo dediqué a regresar a la ciudad de Sofía y visitar dos lugares que no había tenido la oportunidad de ver durante mis primeros días: la Iglesia Boyana y el Monasterio de Dragalevtsi.
Mientras conducía de vuelta desde las montañas de Rila hacia Sofía, sentí una mezcla de emociones al despedirme de ese entorno natural impresionante. El invierno en Bulgaria y el paisaje nevado se extendía ante mis ojos, creando una imagen de belleza y serenidad que permanecerá en mi memoria. Con cada kilómetro recorrido, agradecí la oportunidad de haber experimentado la grandeza de las montañas y su impacto en mi espíritu.
MONASTERIO DE DRAGALEVTSI
Mi primera parada fue Monasterio de Dragalevtsi, ubicado en un entorno natural impresionante. Con la nieve cayendo suavemente, el monasterio adquirió una atmósfera mística. Sus antiguas estructuras y su conexión espiritual con la naturaleza me recordaron la rica tradición monástica de Bulgaria. La entrada a este lugar es gratuíta.
IGLESIA BOYANA
Luego, visité el la Iglesia Boyana, un tesoro histórico y artístico reconocido por la UNESCO. Cubierta de nieve, la iglesia parecía sacada de un cuento de hadas. En su interior, me maravillé con los frescos medievales que adornaban las paredes, mostrando una exquisita atención al detalle y una narrativa visual cautivadora.
Estas visitas fueron el broche final perfecto para mi aventura en Bulgaria, sin saber lo que ocurriría al día siguiente antes de coger el avión. Con frío, regrese a mi alojamiento a preparar a mochila, al día siguiente mi vuelo salía a las 5 de la tarde, tenía todavía tiempo para dar un ultimo paseo final.
DÍA 8. DESPEDIDA BAJO LA NIEVE Y VUELTA A CASA
Con gran pesar, llegó el último día de mi viaje en Bulgaria. Al despertar, me recibió una suave nevada, como si el cielo también quisiera despedirse de mí. Realicé un último paseo por las calles de Sofía, dirigiéndome al lugar que más me había cautivado para verlo una vez más, la plaza de Alexander Nevski. Pero para mi sorpresa, al llegar, comenzaron a caer copos de nieve gigantes, cubriendo toda la plaza. Fue un regalo de despedida de Bulgaria, un momento mágico que atesoraré para siempre.
Con una mezcla de felicidad y nostalgia, me despido de todas, queridas lectoras. Agradezcida por acompañarme en este viaje lleno de descubrimientos y emociones. Si deseáis saber más sobre qué hacer en Sofía durante dos días, os invito a visitar nuestro post detallado. Además, pueden seguirnos en Facebook e Instagram para estar al día de todas las noticias y nuevas aventuras.
Con profundo sentimiento, cierro este capítulo de mi viaje por Bulgaria, llevando conmigo los recuerdos de sus paisajes nevados, su rica historia y su cálida hospitalidad. ¡Hasta la próxima aventura!
